Hallan
un material clave en la fricción entre piezas metálicas
Podría
servir para fabricar implantes mucho más duraderos
Ángel
Díaz | Madrid
Se forma una capa de grafito (moléculas de carbono) |
Un equipo
multidisciplinar, compuesto por médicos e ingenieros de materiales de Alemania
y EEUU, acaba de observar en el laboratorio un efecto que se produce en la
superficie de las partes metálicas al rozar la una con la otra. Al cabo del
tiempo, se forma una capa de grafito (moléculas de carbono) justo sobre el área
de fricción y actúa como un material lubricante, facilitando el movimiento de
las dos piezas del implante.
El descubrimiento de
este efecto lubricante, que se ha producido tras analizar siete prótesis usadas
que habían sido reemplazadas por distintos motivos, posdría ayudar en un futuro
a fabricar nuevos implantes que potencien esta característica para durar más
tiempo. En la actualidad, las prótesis de cadera duran más de 15 años en un 90%
de los casos, y comienzan a fallar a partir de este tiempo.
"Los implantes de
metal sobre metal pueden mejorar en gran medida las vidas de la gente, pero son
una tecnología imperfecta", señala Laurence D. Marks, firmante del estudio
desde la Universidad de Northwestern en Chicago (EEUU). "Ahora que hemos
empezado a comprender cómo funciona dentro del cuerpo la lubricación de estas
prótesis, hemos definido una meta para hacer artilugios mejores", añade.
"Las prótesis de
cadera no son para toda la vida; todo aparato mecánico tiene un desgaste",
comenta el doctor Pablo Díaz de Rada, de la Clínica Universidad de Navarra.
"Todos tenemos algún paciente al que, a los pocos años, se le ha movido la
cadera y todavía no sabemos por qué", añade este experto, quien valora el
nuevo estudio como una idea "teóricamente muy interesante", aunque
advierte: "Hay que ser cautos. Ha habido grandes ideas que luego han sido
grandes fracasos".
Revisión
cada uno o dos años
Las prótesis de cadera
han supuesto un importante avance en el tratamiento de la artritis en sus
estadios finales, según recuerdan los autores del estudio, quienes aventuran la
posibilidad de lograr que duren hasta 30 o 50 años en el futuro. Sin embargo,
aún se desconocen varias de las causas que provocan su deterioro, por lo que
Díaz de Rada aconseja que los pacientes con un implante de cadera pasen por
revisión cada uno o dos años.
Una radiografía o un
escáner puede determinar si la cadera artificial ha comenzado a moverse, indica
este experto. Hasta ahora, los científicos creían que la capa lubricante
formada sobre las superficies de metal contendría proteínas del propio organismo.
Sin embargo, el nuevo estudio, publicado en la revista 'Science', ha
determinado que está compuesta en gran medida por carbono grafítico. En
realidad, actúa de forma similar a los lubricantes de los motores, más que como
los compuestos naturales que se encuentran en las articulaciones humanas.
"Esto ha sido toda
una sorpresa", admite Marks. "Pero nos dimos cuenta en el momento en
que lo vimos que, de repente, todo comenzaba a tener sentido". Ahora sólo
falta convertir este conocimiento en un método de fabricar caderas metálicas
que realmente mejore la calidad de vida de los pacientes, algo para lo que será
necesario esperar.
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