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domingo, 31 de mayo de 2009

'O prevenimos ciertos usos en Internet o pagaremos las consecuencias'

ENTREVISTA VINTON CERF

JESÚS RUIZ MANTILLA 31/05/2009

¿Adónde nos lleva Internet? No habla un gurú digital más, sino uno de los inventores de la Red.

 Ve un futuro con libros y periódicos en pantallas. Y no concibe que todo sea gratis.

No todo en la vida está en las pantallas para Vinton Cerf. Mucho menos la fabada que se mete entre pecho y espalda antes de descubrirnos las claves del pasado y el futuro de Internet, esa plataforma gigante que él y sus colegas Bob Kahn, Tim Berners-Lee y Lawrence Roberts inventaron hace más de 40 años.

“Debe implantarse lavoluntad de pagar lo que debe pagarse”

Ante todo, Vinton Cerf (Connecticut, EE UU, 1943) es un caballero. Un hombre refinado, de exquisitos modales y gustos, que va contando allí donde le llaman cómo él y sus compañeros dieron con este invento después de trabajar para el Pentágono. Y alertando de lo que se viene encima si no espabilamos. De lo bueno y de lo malo.

Al principio no cayeron en que aquella red que fueron probando para los militares cambiaría las costumbres y los modelos de trabajo del planeta. Fueron los años y la perspectiva de negocio de las empresas privadas las que les hicieron darse cuenta de lo que habían creado. Toda una revolución que está poniendo en serios aprietos los modelos de vida y negocio tradicionales. Desde las relaciones personales a la cultura, de los viajes a las campañas políticas y el periodismo.

Una de las cosas que Vinton Cerf sabe con certeza a sus 66 años es que un ordenador no puede cocinarle una paella. Pero sí cómo y dónde conseguir azafrán. Le ocurrió hace poco, de vacaciones en un lugar perdido de su país. Se le antojó hacerse un arroz, pero le faltaba esa especia. Y la encontró online. Lo contaba en una conferencia en la Universidad de Oviedo, donde la Fundación Niemeyer de Avilés le organizó una visita para desarrollar proyectos de futuro. Es la forma que este matemático tiene de agradecer el Premio Príncipe de Asturias que recibió en 2002 junto a los otros impulsores de Internet. "Buscamos formas para desarrollar negocio tecnológico en esta pequeña región del planeta", asegura. Lo hace como científico y como ejecutivo de Google, la empresa con la que Cerf colabora intensamente, además de los experimentos que sigue haciendo para el Gobierno de su país.

¿Cuál era su sueño mientras estudiaba? ¿Tenía alguno? ¿O era demasiado práctico para permitírselo? Si nos retrotraemos a la infancia, siempre me interesó la ciencia. Creo que siempre quise ser científico. Hacer algo importante en matemáticas. Recuerdo que tomaba cursos de cálculo en la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles) mientras estaba en el instituto. Una noche, junto a un edificio, en el área de ingeniería electrónica, con 17 años o así, sentí que volvería a la UCLA para hacer algo importante justo en esa área, algo científico.

Y lo consiguió. Los anhelos se cumplen. Bueno, parece que sí. Cuando acabé mi doctorado en Stanford en Matemáticas, regresé a la UCLA y me dediqué a las computadoras, junto a Leonard Kleinrock. Su laboratorio se centraba en lo que se conocía como dirección de redes y yo trabajaba en lo que se llamaba el Arpanet. Así que acabé haciendo trabajos interesantes allí. Yo pensaba que me involucraría en algo relacionado con la física, pero me metí de lleno en las redes.

Aquello era ni más ni menos que el futuro real. Resultaba excitante. Imagínese un recién graduado con la oportunidad delante de investigar cómo unos ordenadores, a distancia, podían conectarse e interactuar juntos. Esa idea de que podías poner en funcionamiento y conexión al tiempo equipos a 3.000 millas de distancia era pura magia. Poder coordinar máquinas lejanas era muy estimulante.

No se podía ni siquiera imaginar que fuera a ser posible, ¿o sí? En aquella época, cuando acabé mis estudios en Stanford, entré a trabajar en IBM. Tenía unos 24 años, luego volví a la UCLA porque necesitaba experiencia de campo en informática. Empezábamos a diseñar sistemas operativos, a inventar programas, pero no se nos planteaba esa posibilidad de trabajar para las redes. Aún no.

¿Fue la primitiva Arpanet, desarrollada para el Departamento de Defensa, la que les dio las pistas? Trabajar en ese experimento y convertirlo en algo útil determinó mi vida. Me guió por el camino definitivo. Más o menos en la primavera de 1973, Bob Kahn, que también recibió el Premio Príncipe de Asturias conmigo, junto a Tim Berners-Lee y Lawrence Roberts, me hizo fijarme en ese problema: ¿cómo interconectar contenidos con redes? El Arpanet fue la primera red que utilizaba tecnología de ese tipo. Bob estaba muy involucrado en eso. El interés de quienes encargaron el trabajo consistía en conectar redes en movimiento también por satélites. De hecho eran tres proyectos: el Arpanet, el experimento por radio y por satélite. La cuestión era interconectarlas entre ellas de manera totalmente transparente. Ése, ¡oh, señor!, era el problema.

¿El gran dilema? De hecho, interconectar esas tres redes empezó a ser conocido como el problema Internet. Era tremendamente intrigante y excitante.

¿Hasta el punto de que fueran conscientes de que aquel paso cambiaría en gran medida el mundo que conocían? Honestamente, le diré que no fue entonces cuando nos dimos cuenta de aquello. Tuvieron que pasar varios años. De hecho, ocurrió en 1988.

¿Tanto? ¿15 años? ¿De qué se ocuparon hasta entonces? Desde 1973 hasta 1988, el trabajo se redujo esencialmente a temas científicos y técnicos, de pura ingeniería, a una escala que afectaba principalmente al Departamento de Defensa y a la comunidad académica.

¿Cómo se dieron cuenta? Pues al entrar a una gran exposición en San Francisco. Se titulaba Inter up. Trataba de adaptar nuestra Internet a todo lo que fuera posible. Convertirlo en algo práctico. En esa exposición estaban empresas como Cisco Systems. Hacían routers que habían comenzado a experimentar con la Universidad de Stanford. Mientras me paseaba, me fijé en otra compañía que se llamaba Three Com, una competidora de la anterior. Les pregunté: ¿cuánto habéis invertido en estos aparatos? Me respondieron que entre 250.000 y 500.000 dólares. Yo pensé: ¡Dios mío, si alguien es capaz de invertir todo este dinero para mostrar esta tecnología deben de estar convencidos de que esto es un gran negocio!

Impepinable. Claro. Pero había más. En 1988, Internet no era accesible al público. Sólo lo utilizaban el Gobierno, las universidades y los militares. Así que la cuestión era cómo ofrecerlo a cada ciudadano, en sus casas, para el comercio. Así que vi la oportunidad de unir dos inventos. Entre 1983 y 1986 había trabajado para la empresa MCI desarrollando un servicio de correo comercial llamado MCI Mail. Pensé: ¿por qué no pedir permiso a lo que se conocía como el Federal Networking Council [Consejo Federal de las Redes], que era el encargado de dar los permisos para utilizar Internet entonces, para unir las dos cosas?

¿Y qué pasó? Lo discutieron un tiempo y dejaron que se probara durante un año. Era perfecto, porque daba la posibilidad de utilizar un programa público para agilizar negocios entre empresas. Así que empezamos a probar en verano de 1989. Se hizo con tres vías: una era la Uunet, que ahora posee Horizon. Otra fue Psinet, que se desarrollaba en Nueva York, y la otra fue Surfnet, que la puso en marcha una empresa llamada General Atomics.

Así fue como empresarios y científicos se unieron. Ahí empezó el gran negocio... La gente pudo ver lo práctico que resultaba todo aquello.

¿No se veía además que todo aquel negocio iba a ir más allá de una mera cuestión práctica, que acarrearía un cambio de mentalidad global? Pues la verdad es que hoy vivimos en un mundo diferente a aquél. Yo creo que todavía pasó más tiempo hasta ser concientes de eso. Debemos irnos al año 1994. Fue entonces cuando la empresa Netscape Communications empezó a ofrecer su navegador en los servidores. El público reaccionó inmediatamente al world wide web (www). Podían incorporar imágenes y sonidos a la Red y actuar como un megáfono, hacerse oír en un mundo en el que hasta entonces no habían tenido la posibilidad de hacerlo. Eso fue toda una revelación, lo que demostró que la Red podía ser un componente y una herramienta de libertad de expresión, de hablar, escuchar y hacerse presente.

¿Así que fueron conscientes del alcance de su invento en diferentes etapas? Algunos de nosotros tuvimos el privilegio de ser testigos del invento primitivo, el Arpanet. Pero hubo otras cosas, inventos como los de Douglas C. Engelbart, el ratón, las ventanas, el hipertexto, el linking... Después el e-mail, que fue inventado hacia 1971. Vimos cómo nacía todo esto, pero no fuimos conscientes de ello hasta que se impuso elworld wide web. Fue entonces, a mediados de los noventa, cuando nos dimos cuenta de la verdadera dimensión y la necesidad de adaptarnos a esas nuevas posibilidades.

¿Todavía se asombra ante lo que se puede llegar en la Red? Todos los días. Cada día. El poder que hace que la gente pueda compartir sus ideas, sus métodos de trabajo, sus vidas mediante webs, blogs, twitters, cualquier cosa; que algunos lo hagan por dinero y otros simplemente por necesidad de comunicarse y mostrarse tal como son, es impresionante. El número de usuarios interesados en compartir cosas en la Red crece y crece.

¿Qué hay del mundo que quedó atrás? ¿Piensa en él a menudo? Mucho. Crecí en ese mundo en el que no existía la televisión, en el que una llamada de teléfono se convertía en una fiesta en la que tres familias compartían la comunicación. Recuerdo cuando no existían grandes compañías informáticas y los ordenadores eran tan bastos que había que entrar andando en ellos para usarlos. Recuerdo cuando los modems eran lentísimos. Reconozco lo dramático que les resulta a muchos conocer las posibilidades de este mundo y no poder utilizarlo. Pero hay muchos retos en el aire todavía. La rapidez con la que vuela la información nos está retando constantemente a los científicos.

También Internet ha mostrado preocupantes lados oscuros. ¿Cuál de ellos es el que más le inquieta? Varias cosas. La calidad de la información que se muestra en la Red es muy desigual. Alguna es espectacularmente buena, y otra es terrible. Necesitamos mucha agilidad mental para discernir cuál es buena y cuál mala. Siempre hemos tenido ese problema en otros formatos. No puedes confiar en cualquier cosa que ves en la Red. Hay tretas para abusar. Puedes engañar, estafar, abusar.

Pero la vida es así. Cierto. En la vida real, la gente se emborracha y estrella sus coches contra cualquiera; es el precio de la libertad. Debemos reconocer que la gente puede pasarse y debemos dotarnos de controles globales. Para prevenir ciertos usos. O los cortamos o pagaremos las consecuencias.

¿Conseguiremos comportamientos más responsables con el tiempo? Hay un libro titulado Born digital en el que sostienen que no habrá manera de garantizar seguridad jamás en la Red, pero que hay forma de acceder a información fiable. Filtros de lugares con datos buenos, de referencia. La Red no es perfecta, tampoco quienes tratamos de mejorarla, pero nuestra obligación es adecuar todos esos aspectos.

Otra de las referencias antiguas que la Red está aniquilando son los ámbitos de prestigio intelectual. Es un dominio democrático y horizontal. No hay jerarquías ni verticalidad, ni siquiera en el saber. El acceso es inmediato, sin intermediarios, sin líderes de opinión. Emplea usted una palabra interesante. Habla de destruir, lo que le da un matiz negativo y no necesariamente lo es.

Tiene usted razón, puede que hasta sea bueno. En algunos casos, desde luego. La posibilidad de crear tu propio medio de expresión se ha expandido como nunca antes había ocurrido. El problema ahora es quién controla esa propiedad intelectual.

Sí, pero no en términos económicos. Me refiero a la influencia. Ocurren varias cosas. Una es que las autoridades que se alzan no son todas las que antiguamente considerábamos de prestigio. Mire lo que está ocurriendo con los principales periódicos. Las marcas siguen interesando a los lectores que se fían del trabajo de selección que realizan las grandes cabeceras, sus posiciones editoriales y demás. En la nueva manera de actuar que se expande en la Red, lo que cuenta es lo que pinchas, lo que copias; eso nos lleva a los problemas de propiedad intelectual. Habría que identificarlos claramente con etiquetas que avisen que se debe pagar su uso. Pero entonces lo que se extenderá con más facilidad será la opinión de todos aquellos que quieren hacerla circular gratuitamente. Necesitamos llegar a una forma de comportamiento en la que ambas cosas sean compatibles, eso enriquecerá todo. Para eso se han inventado los denominados creative commons, en los que la gente elige si desea que le paguen por utilizar cierto material o no. Pero creo que aún debemos encontrar mejores mecanismos para acceder a esas cosas y evitar que se hagan copias tan fácilmente.

Es un debate abierto, un asunto sin resolver. La cuestión es que actualmente la copia es sencilla; aunque lo prohíbas específicamente, se hacen. Se abusa y debemos llegar a un acuerdo global sobre cómo deseamos tratar los derechos de propiedad intelectual.

La palabra sagrada de la Red es "gratis". ¿No hay manera de cambiar eso? Montones de jóvenes asumen que navegar por la Red es completamente gratis. Pero la voluntad que debe implantarse es la de pagar lo que debe pagarse. Los libros electrónicos pueden acarrear esa cultura. Ofrece muchísimas ventajas y complementos a la lectura tradicional, desde videojuegos hasta diccionarios incorporados. Quien posee la propiedad intelectual es quien debe elegir cómo quiere mostrarla en la Red.

¿Aprenderá el mercado editorial lo que le ha supuesto a la música y al cine la irrupción de Internet? Eso espero. Las compañías discográficas se dieron cuenta de que los consumidores no querían robar la música, que querían precios razonables por una canción en vez de un disco entero, cosas así.

En la prensa escrita se notan ya los estragos. ¿Llegaremos a ver un mundo sin periódicos de papel? Es realmente posible. Con aparatos como el libro electrónico convirtiéndose en algo popular, leer noticias en soportes digitales se extiende cada vez más. Además, se están desarrollando muy bien varios proyectos de periódicos digitales.

¿Qué opina de la proposición que ha realizado el magnate Rupert Murdoch? Insiste en que es imprescindible pagar el acceso a la información periodística. ¿Concuerda eso con los tiempos que vivimos? El coste de producir información necesita ser reconocido. Google ha descubierto que su modelo publicitario funciona para cubrir los costes de esas noticias de la misma forma en que se sostenía el negocio en otros tiempos. Creo que el periodismo es todavía un servicio crítico y necesario, pero el paso hacia el mundo online debe ir acompañado de un replanteamiento creativo del modelo de negocio y sus mecanismos. La publicidad que se crea es mucho más versátil que la impresa y puede llegar a ser más dinámica y personalizada. Me da la impresión de que el sector no ha explorado todavía de manera profunda las posibilidades.

¿Lee todavía el periódico impreso? Sí, aún lo hago. Pero cada vez tiendo más a enterarme de las cosas por Google News para echar un vistazo a aquellos artículos que quiero leer en profundidad. También me parece muy práctico enviar esos artículos y otras referencias a mis colegas. Además, acceder a piezas publicadas en el pasado es algo muy útil, algo que es mucho más difícil en papel.

¿Qué siente cuando todavía toca el papel? ¿Nostalgia? ¡No me haga reír! Poniéndose en las últimas me recuerda al Leviatán. Conservo muchos libros en mi biblioteca y me gustan. Pero debo admitir que empiezo a no ser amigo de las noticias impresas. Se me caen de las manos y se me apilan por ahí como algo que corre peligro de incendio. Así que me encantaría observar cómo el negocio de los periódicos se introduce con éxito en los formatos digitales.

¿En qué está metido ahora? Tiene entre las manos una especie de proyecto de ciencia-ficción, según cuentan por ahí. Me encanta la ciencia-ficción. Te obliga a plantearte retos. ¿Sería capaz de hacer eso? ¿Cómo? La especulación no te lleva a ninguna parte, pero ayuda. Pero en lo que estoy ahora no es ciencia-ficción. Trabajo en conectar de una manera más rápida y más fiable cada cosa que ponemos en órbita en el espacio por medio de Internet. Una de las claves es estandarizar los protocolos de comunicación, homogeneizarlos, normalizarlos. Además, estoy metido en un problema importante. ¿Cómo enviar una nave a la estrella más cercana? La más próxima está a 4,4 años luz. Muy lejos, se lo garantizo. Tardaríamos, en un cohete de los de hoy, 50.000 años. Si nos las arreglamos para alcanzar una décima parte de la velocidad de la luz, podríamos estar allí en 44 años.

Hacia la red interplanetaria

Nació en Connecticut (Estados Unidos) en 1943. Estudió Matemáticas y Ciencias de la Computación en la Universidad de Stanford. Luego se doctoró en la Universidad de California (UCLA). Pasará a la historia como uno de los creadores de Internet. Ahora descarga su talento en Google, empresa a la que se incorporó en 2005 y de la que ahora es vicepresidente. En la foto, en 1993.

Entre los premios que ha recibido destaca el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 2002 (compartido con los otros padres de Internet). Es doctorhonoris causa de varias universidades españolas, entre ellas la Politécnica de Madrid y la de Zaragoza.

sábado, 30 de mayo de 2009

Obama creará un 'ciberzar' para proteger EEUU de las guerras del futuro

El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció la creación de un nuevo cargo en la Casa Blanca: el "zar del ciberespacio"

EEUU | Coordinará la defensa de infraestructuras

EEUU se prepara a fondo para la 'ciberguerra'

El Pentágono última su nuevo mando militar contra la guerra 'online'

Ricard González |

Washington Actualizado viernes 29/05/2009 19:05 horas 

El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció la creación de un nuevo cargo en la Casa Blanca: el "zar del ciberespacio", que tendrá como función coordinar las políticas destinadas a proteger a los EEUU y su infrastructura informática de ataques en las hipotéticas "ciberguerras" del futuro.

En una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca, Obama calificó de "prioridad nacional" la seguridad de los sistemas informáticos clave de los EEUU ante el peligro de lo que llamó "las armas de sabotaje masivas", en referencia a los virus introducidos por los hackers.

Como muestra de la importancia que otorga a la seguridad cibernética, ha informado que la persona que desarrolle el nuevo cargo formará parte del Consejo de Seguridad Nacional. Y es que Obama cree que el ciberespacio puede ser uno de los principales campos de batalla donde se libren las guerras del futuro. "No podemos ignorar que mientras los tanques rusos entraban el año pasado en Georgia, varias páginas webs del gobierno sufrieron los ataques de hackers", señaló el inquilino de la Casa Blanca.

El presidente ha recordado la importancia que tienen hoy día las operaciones realizadas a través de internet para la economía del país, pues el año pasado el valor de las compras a través de Internet ascendió a unos 120.000 millones de dólares. Ante este tráfico masivo, mantener la red libre de virus de forma que se garantice la privacidad de los ciudadanos es todo un reto. Según informó el presidente, se calcula que sólo en 2008 miles de norteamericanos vieron cómo intrusos informáticos se infiltraban en sus cuentas, y en total se robó unos 8.000 millones de dólares a través de la Red.

Prevenir las intrusiones

"Yo mismo sé qué se siente cuando violan tu privacidad", confesó Obama. "Durante la pasada campaña, los hackers se infiltraron en los ordenadores de mi equipo de campaña, y se hicieron con documentos de estrategia política, y mis planes de viaje".

Fiel a su estilo, el presidente intercaló una broma entre sus solemnes palabras. "No os preocupeis, que no entraron en la página web de las donaciones", afirmó Obama entre las carcajadas de los periodistas, a quienes los republicanos han acusado desde de la campaña electoral de favorecer a Obama.

Entre las funciones del nuevo 'zar' figuran el coordinar las medidas de prevención de los organismos públicos y de aquellos privados considerados clave para la seguridad y estabilidad del país, como la bolsa de valores y las compañías aéreas, de forma que a partir de ahora la estrategia de defensa sea integral. Asimismo, también se encargará de diseñar una estrategia de respuesta común que abarque todas las instituciones públicas, incluidas las municipales.

El refuerzo de la seguridad cibérnetica, aseguró Obama, se hará manteniendo un escrupuloso respeto a la privacidad y a los derechos civiles de la ciudadanía. "Mi voluntad no es monitorizar las comunicaciones de internet, sino sólo evitar que sean infiltradas", señaló.

Comando militar específico

Según una información aparecida ayer en 'The New York Times', el presidente de Estados Unidos firmará durante las próximas semanas un decreto secreto para la creación del cibercomando militar dentro del Ejército norteamericano. Así pues, a la ambición del Pentágono de dominar el cielo, mar y tierra, se añadirá también el ciberespacio.

La decisión de Obama es resultado de las conclusiones recogidas en un informe que revisó las medidas de seguridad informática del Gobierno ordenado por el presidente el pasado mes de febrero. En la rueda de prensa de este viernes, Obama ha anunciado también la publicación del informe.

En este documento se recoge que 'crackers' ('hackers' maliciosos), probablemente pertenecientes a los servicios de espionaje de otros países, se han infiltrado en centenares de ordenadores de organismos gubernamentales, así como de empresas privadas en sectores clave. Por ejemplo, han entrado en los sistemas informáticos de compañías eléctricas, por lo que podrían intentar dejar el país a oscuras en caso de guerra.

La creación un cibercomando dentro del ejército supone un avance notable respecto a la política de la administración de George W. Bush en este ámbito, pues si bien invirtió en la capacidad ofensiva de los EEUU, e incluso llegó a ordenar algunos ciberataques, no hizo lo propio con sus capacidades defensivas.

Llega Bing, el heredero de Live Search de Microsoft

Durante años Microsoft ha tenido que contentarse con ser el número tres en búsquedas en Internet a mucha distancia de Yahoo! y, sobre todo, de Google

Estará disponible a partir del 3 de junio 

Paula Gil (Efe) | San Francisco

Actualizado viernes 29/05/2009 08:56 horas 

Durante años Microsoft ha tenido que contentarse con ser el número tres en búsquedas en Internet a mucha distancia de Yahoo! y, sobre todo, de Google, pero el gigante del software está decidido a cambiar esto con Bing, su nuevo buscador.

Bing, conocido hasta ahora con el sobrenombre de Kumo, llegará a los usuarios el próximo 3 de junio -en versión definitiva para EEUU y en beta para el resto- con el ánimo de cambiar radicalmente el mundo de las búsquedas en la Red.

"Bing va a cambiar el paradigma de las búsquedas en Internet, va a modificar por completo la experiencia del usuario", dijo Martín Spinetto, gerente de Marketing para los servicios 'online' de Microsoft Hispanoamérica.

Actualmente, Microsoft ocupa el tercer puesto en el área con una cuota de mercado de aproximadamente el 8%.

El número dos es Yahoo! y el líder es, por supuesto, Google con un 64,2% del mercado estadounidense y el orgullo de haber conseguido que el nombre de la empresa sea usado comúnmente en muchos países como sinónimo de "buscar en Internet".

Aumentar cuota de mercado en este área es importante por los ingresos publicitarios que genera. Las empresas pagan con gusto por aparecer en los enlaces patrocinados de Google, mientras que Microsoft pierde dinero con su negocio de publicidad 'online'. 

'Mejor' 

"Queremos hacerlo mejor", reconocía el propio Steve Ballmer, consejero delegado de Microsoft, en una conferencia organizada por el diario The Wall Street Journal y que se celebra esta semana en San Diego.

Y para hacerlo mejor, el objetivo parece ser conseguir que el usuario salga lo menos posible de la página de Bing, a juzgar por un adelanto del servicio.

En las listas de resultados, por ejemplo, el usuario puede ver un resumen de los contenidos de la página con sólo poner el ratón sobre el enlace y sin tener que dirigirse al sitio en cuestión.

Lo mismo ocurre con los resultados de las búsquedas de vídeos: Bing permite reproducirlos sin tener que hacer clic y navegar a la página de la que provienen -en muchos casos, YouTube, propiedad de Google-.

"Actualmente, sólo un 25% de las búsquedas son exitosas en su primer clic", explicó Spinetto sobre la necesidad de evitar navegar innecesariamente por Internet para encontrar lo que deseamos. 

Comercio electrónico 

Para la categoría de compras, que aparece destacada junto a viajes, mapas, imágenes, vídeos y noticias en la página de inicio de Bing, Microsoft ha incluido un programa para premiar la fidelidad del usuario que estará disponible sólo en EEUU.

Bing registra las compras online realizadas a través de Bing y ofrece al usuario un porcentaje en efectivo que puede canjear en futuras adquisiciones o recibir mediante cheque en su casa.

En España y otros siete países europeos, Bing integrará la página de comparación de precios Ciao, adquirida por Microsoft el pasado año. 

Organización de resultados 

Una de las características más interesantes del buscador es su capacidad para "organizar los resultados de búsquedas de manera inteligente" y clasificarlos en diversas categorías, destacó Spinetto.

Si el usuario busca, por ejemplo, 'Brad Pitt', Bing le ofrecerá una lista tradicional de enlaces de internet sobre el actor, pero en el margen izquierdo de la pantalla descubrirá categorías como fotos, biografía, filmografía, etcétera, y agrupa los diferentes resultados.

Si buscamos otro término como el nombre de una marca de automóviles, Bing adapta las categorías y ofrece, por ejemplo, resultados organizados en las áreas 'modelos' o 'compras'.

Bing es también muy eficaz a la hora de redefinir resultados, especialmente en el área de búsqueda de imágenes y vídeos. El usuario puede especificar si quiere fotos en blanco y negro o color, el tamaño, el estilo, así como la duración o la fuente en el caso de los vídeos.

Spinetto declinó dar estimaciones sobre cómo incidirá Bing sobre la cuota de mercado de Microsoft en el área de búsquedas aunque reconoce que el grupo las ha realizado incluso por países. "Somos optimistas. Con Bing estamos cambiando el nombre del juego", se limitó a señalar.

viernes, 29 de mayo de 2009

Google promueve la colaboración social con Wave

Accesible solo para desarrolladores, permitirá compartir trabajo multimedia 'on line'

ELPAIS.com.      ROSA JIMÉNEZ CANO 29/05/2009

El último lanzamiento de Google encaja a la perfección con sus avances en los aspectos más sociales de Internet. Google Wave es como se denomina esta especial herramienta de comunicación. No es un blog, no es un servicio de correo, no es un wiki, tampoco un lugar en el que subir vídeos y fotos, pero tiene algo de cada uno de estos servicios; aderezado, como no podía ser de otra forma, con mapas.

      La noticia en otros webs

      Google Wave es un servicio que se ejecuta en el navegador y permite crear chats colectivos en los que se contesta de manera directa, parecido a une-mail, al hilo de conversación creado, pero permite, además, incluir mapas, vídeos, fotografías, o enlaces a la conversación. Para añadir a una persona basta con tenerla como contacto y arrastrar su imagen de la ventana de contactos al hilo en cuestión.

      Cada conversación se considera un wave (onda, en inglés). Cada wave puede ser abierta o cerrada, para un grupo definido de usuarios. Uno de los aspectos más interesante del servicio es que permite contestar al principio o bien al final del mensaje. De una forma muy visual permite ver quién dijo o añadió qué contenido.

      También permite una reproducción, como si fuese un vídeo, de la conversación, para poder ver cómo se desarrollaron las colaboraciones.

      De un vistazo se tiene delante quién aportó cada uno de los datos de la conversación.

      El aspecto visual es uno de los más cuidados de este nuevo servicio: permite texto con formato enriquecido, de modo que cada usuario se distingue de los demás con facilidad según el estilo de letra que escoja y podrá añadir enlaces dentro de los hilos. Destaca la posibilidad de contestar al final de una aportación de un compañero o crear un ancla en la palabra concreta en la que se decida hacer una contestación.

      Google Wave se ha desarrollado con tecnología AJAX, será un servicio gratuito y por el momento está accesible para desarrolladores. Desde el principio la compañía ha liberado la API (interfaz de programación de aplicaciones) con el ánimo de invitar a crear más servicios a partir de este. Lars Rasmussen, responsable del proyecto, explicaba este miércoles por videoconferencia a ELPAÍS.com, que "le vemos muchísimas posibilidades a este servicio para crear contenidos para blogs, ahorrar tiempo en el trabajo o incluso crear más servicios combinados -los denominados mash ups-. Algunas de las primeras pruebas realizadas han consistido en integrar Wave con Twitter". En sus propias palabras, Wave es "la unión entre los documentos colaborativos y las conversaciones".

      Por el momento, aunque se pueden guardar dentro del servicio, no es posible conservar una copia en el ordenador de cada una de las waves, tampoco exportarlas en diferentes formatos. El responsable del proyecto es consciente de ello: "Por eso hemos dejado la API a los desarrolladores. Esta versión es preliminar, pero la próxima tendrá esta posibilidad integrada".

      Wave permite que entre diez y 15 usuarios participen en una conversación de manera simultánea utilizando diferentes navegadores: Mozilla, Chrome, Firefox y Opera, pero Lars Rasmussen no concretó si funcionaba con el archiconocido navegador de Microsoft, Internet Explorer.

      Asimismo, en esta primera versión, no se establece la encriptación de datos, pero se hizo hincapié en lo seguro que resulta trabajar con aplicaciones on line. Una de las dudas que surge es cómo acceder a este servicio; se integrará en la cuenta de Google de usuario pero, aunque no es un blog, ni un servicio de correo, dará al usuario su propia dirección en forma de URL para acceder a su wave.