Las 50 ideas claves para entender la genética
Fuente: latercera.com
Desde que se descifró el genoma, el año 2000, el estudio de los genes ha tenido un desarrollo espectacular. Y no es para menos, si se piensa que estos trozos de ADN gobiernan el cuerpo y la mente humana. Algo que explica en detalle el libro "50 ideas genéticas que usted realmente necesita conocer", que permite comprender mejor esta joven y revolucionaria disciplina científica.
POR SEBASTIÁN URBINA - 10/05/2009 - 15:41
Este tipo de aclaraciones abundan en este libro del editor científico de The Times, Mark Henderson, gracias a que el ADN es el mayor registro de la historia de la humanidad. Esto impulsó a un grupo de investigadores a lanzar en 2005 el Proyecto Genográfico, alianza entre National Geographic y la gigante de la computación IBM, que busca reunir 100 mil muestras de ADN de indígenas de todo el mundo. Así buscan reconstruir la historia de las migraciones humanas y las relaciones genéticas entre diferentes etnias.
Hoy, por ejemplo, se conoce una curiosa conexión entre genes y creencias: en el Líbano, un gran número de hombres cristianos tienen su cromosoma Y de origen europeo Occidental, que habrían traído los cruzados a la zona entre los siglos XI y XIII. Entre los libaneses musulmanes, el Y proviene de la península Arábica, producto de la expansión islámica de los siglos VII y VIII.
Pero la mayoría de los científicos no comparte este pesimismo, ya que el cromosoma Y es el único que contiene genes escritos de tal manera, que se pueden leer hacia atrás o adelante y producen el mismo sentido. Esto lo protege de errores cuando su ADN es leído. Y si finalmente es defectuoso, la naturaleza lo elimina dando lugar a un hombre infértil.
Ahora se sabe que los genes no sólo influyen en el aspecto físico de las personas como la estatura o el color de ojos. Muchos aspectos del desarrollo mental, sicológico y personal son también parcialmente heredables. Esta lista incluye la inteligencia, comportamiento antisocial, inclinación a correr riesgos, religiosidad y cada uno de los rasgos que constituyen la personalidad. Incluso, hay evidencia de que la habilidad de una mujer para experimentar un orgasmo puede estar influida por sus genes.
El libro menciona otras teorías que han ganado peso en la comunidad científica, como la que dice que a mayor número de hermanos hombres, aumenta la posibilidad de que nazca un niño gay. Este campo de investigación sufre del mismo sesgo de género que otros: ningún estudio sugiere que exista un gen del lesbianismo o propone una elegante explicación evolucionista sobre esta condición femenina.
En 1985 llegó al mercado el primer transgénico: una planta de tabaco que contenía un gen que le permitía producir su propio insecticida, haciéndola resistente a numerosas plagas. A partir de 1994, cuando surge el tomate transgénico, llegan al mercado otros productos vegetales como maíz, soya y algodón, que dan mayor rendimiento por hectárea, requieren menos pesticidas y pueden sembrarse en suelos en extremo salinos o áridos. Hoy el mundo se prepara para una nueva ola de estos productos: los animales transgénicos.
Algo que ha provocado un fuerte debate bioético, ya que sería el principio de las guaguas a pedido. Los padres elegirían el color de la piel, de los ojos y del pelo, o determinados talentos para sus hijos. Los científicos coinciden en que esta última posibilidad debe ser marginada de la medicina.
Para tener una idea, los genes o "verbos" representan sólo el 2% del ADN, siendo un misterio el papel que cumple el restante 98% que, por esta razón, se le ha bautizado como "ADN basura". Pero en términos evolutivos, sería un sinsentido que el organismo gaste energía en copiar algo inútil. Los científicos creen que este elemento cumple el papel de proteger a los genes. Gran parte de este ADN se ofrece como víctima a posibles mutaciones mortales, con tal de que no afecten a los genes que se encuentran salpicados o camuflados en esta beneficiosa basura. También permitiría regular la sintonía fina de los genes, a quienes dicen cuándo funcionar, qué cantidad de proteína producir y cuándo detenerse.
Otra señal de la utilidad de este ADN es que un 9% de todo el genoma se transcribe en ARN, es decir, mucho más que el 2% que corresponde netamente a genes. Por lo tanto, mucho de lo que se considera basura es materia biológicamente activa. Y por último, parte importante de este material corresponde a los llamados seudogenes, que alguna vez fueron activos y hoy son simples fósiles sepultados en este vertedero genético, pero que permiten a los científicos rastrear la vida hasta sus raíces.
Hoy se sabe que lo que comemos, el ejercicio que hacemos o el estrés que soportamos pueden afectar a nuestros genes en sentido positivo o negativo. Esta memoria del ADN se llama epigenética, que son grupos químicos que rodean a los genes para inactivarlos o alterar su funcionamiento. Manipular estos químicos puede ayudar a proteger la salud. En 2004, la FDA de EE.UU. aprobó el uso de Vidaza, la primera droga que combate el cáncer anulando este efecto epigenético, con la que se evita el desarrollo de ciertos tumores.
Virus, bacterias, plantas y animales podrán surgir de los laboratorios alrededor del mundo. Algo que aterroriza a muchos y no sin razón. De hecho, en 2001, científicos de la Universidad Nacional Australiana modificaron sólo un gen de un virus inocuo que afecta a los ratones. El nuevo germen tuvo efectos devastadores en los roedores y todos los infectados murieron.
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