"//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js">

BUSCADOR TEMÁTICO o AVISOS CLASIFICADOS.

Búsqueda personalizada

viernes, 26 de febrero de 2010

Una nueva vía contra la leucemia más frecuente en los adultos


INVESTIGACIÓN ESPAÑOLA

El trabajo se llevó a cabo íntegramente con células obtenidas de 35 pacientes con este tipo de leucemias que no habían recibido tratamiento en el momento del estudio.

elmundo.es  viernes 26/02/2010 
MARÍA VALERIO
MADRID.- La leucemia linfocítica crónica suele aparecer alrededor de los 70 años; debido a su curso lento, muchos de los pacientes ni siquiera llegan a requerir tratamiento, y en la mitad de los casos la supervivencia puede ser superior a una década. Pese a ello, hoy por hoy es una enfermedad incurable y mortal. Por eso, un hallazgo de investigadores españoles publicado en la revista 'Cancer Cell' podría abrir la puerta a nuevos tratamientos en el futuro.
El trabajo es fruto de la colaboración entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), hematólogos de los hospitales Clínico de Valencia y Puerta de Herro de Madrid, así como de científicos de las universidades de Justus Liebig (Alemania) y de Lovaina (en Bélgica).
Ángeles García Pardo, sentada en el centro de la imagen junto a otros miembros de su laboratorio (Foto: CSIC)
Ángeles García Pardo, sentada en el centro de la imagen junto a otros miembros de su laboratorio (Foto: CSIC)
Como explica a ELMUNDO.es una de las firmantes, Ángeles García Pardo, profesora de investigación del CSIC, la clave está en la enzima MMP-9, que envía señales de supervivencia a las células tumorales. "La leucemia linfocítica crónica consiste en un crecimiento incontrolado de linfocitos B que circulan en la sangre y que no se mueren al terminar su ciclo celular, como los linfocitos normales", señala esta especialista.
En el estudio que acaban de publicar, los investigadores observaron que además de una de las funciones ya conocidas de MMP-9 (que facilita la infiltración de los tejidos), esta enzima permite la supervivencia de las células de la leucemia en el sistema linfático a través de una segunda región denominada hemopexina. Eso podría explicar, entre otras cosas, que los estudios llevados a cabo hasta ahora alrededor de esta enzima no hayan tenido todo el éxito que se esperaba.
"Hasta ahora, todos los inhibidores de MMP-9 iban dirigidos a la región enzimática y los resultados no han sido muy prometedores". Por eso, el trabajo proporciona una posible explicación a estos fallos precedentes y apunta que los futuros intentos por neutralizarla deberán apuntar a esa nueva región, que ayuda a la célula maligna a recibir información del exterior, a desplazarse por el sistema sanguíneo y a expandirse.

El próximo paso: diseñar fármacos

Como aclara otro de los firmantes en la investigación, el doctor José Antonio García Marco, hematólogo del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, aún habrá que esperar unos años antes de que el descubrimiento de esta nueva diana pueda convertirse en un tratamiento contra este tipo de leucemia. "No es fácil decir en cuánto tiempo se podrá tener una aplicación clínica. Lo importante esdescubrir una diana susceptible de ser abordada por fármacos que actúen sobre ese mecanismo y que actúen inhibiendo esas señales de supervivencia".
El trabajo se llevó a cabo íntegramente con células obtenidas de 35 pacientes con este tipo de leucemias que no habían recibido tratamiento en el momento del estudio. Como aclara el doctor García Marco, las muestras se obtuvieron tanto del torrente sanguíneo como de la médula ósea y los ganglios linfáticos (los primeros órganos que coloniza la enfermedad en su expansión) para observar las distintas señalizaciones de MMP-9 en estos ambientes.
Este tipo de leucemia es la más frecuente de todas, y como aclara la doctora María José Terol, hematóloga del Hospital Clínico de Valencia y otra de las firmantes, suele agruparse en dos grandes subgrupos según la evolución de los pacientes. "En un porcentaje de los casos, la enfermedad evoluciona muy lentamente y el paciente convive con ella durante años sin necesitar tratamiento", aclara. En el segundo de los escenarios, "el curso es más agresivo y a los tres o cuatro años del diagnóstico es necesario empezar con la terapia [a base de quimio e inmunoterapia]". En estos casos las recaídas son habituales y su tasa de mortalidad, más elevada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario