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martes, 18 de mayo de 2010

Confirman que parásito descubierto por científica peruana pertenece a nueva especie de sanguijuela hematófaga


Investigadora del Instituto Nacional de Salud reportó su existencia en 1997
  Tyrannobdella rex, descubierta por María Beltrán Fabián, puede alojarse en organismo humano 
    Sanguijuela descubierta por científica peruana, reconocida por la comunidad científica mundial. 
Foto: ANDINA/Ministerio de Salud.

    • Sanguijuela descubierta por científica peruana, reconocida por la comunidad científica mundial. Foto: ANDINA/ Ministerio de Salud.
    Lima, may. 18 (ANDINA). Diversos análisis y estudios realizados durante varios años confirmaron el hallazgo de una nueva especie de sanguijuela en el Perú y Sudamérica, denominada Tyrannobdella rex, encontrada por primera vez en 1997 por María Beltrán Fabián, bióloga del Instituto Nacional de Salud (INS) del Ministerio de Salud.
    Un ejemplar de este espécimen ha sido depositado en el Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y otro en el Instituto Nacional de Salud.
    Según informa el INS, tras su descubrimiento se realizaron estudios moleculares y de ADN, y análisis filogenéticos, que determinaron el nuevo género de esta especie, que fue llevado al GenBank, entidad que contiene la base de datos de secuencias genéticas del NIH (National Institutes of Health) de Estados Unidos.
    Los científicos Anna J. Phillips, Mark E. Siddall, y otros del Museo de Historia Natural de Estados Unidos, y la bióloga María Beltrán del INS del Perú, publicaron el mes pasado en la revista PLoS ONE la existencia de la nueva especie Tyrannobdella rex, que significa “sanguijuela reina tirana” del Perú. 
    Inicialmente, María Beltrán Fabián la clasificó morfológicamente como Hirudo medicinalis. Sin embargo, por tener una única mandíbula con una fila de 8 dientes grandes y los genitales extremadamente pequeños, los investigadores norteamericanos la denominaron Tyrannobdella rex.

    Casos
    Una primer sanguijuela de 2.5 centímetros de longitud fue hallada en un niño en la localidad Zapatero, distrito Coñumbuqui, provincia de Lamas del departamento de San Martín; y otra de 6 centímetros, en un niño de 1.5 años en la ciudad de Yochegua distrito San Francisco del departamento de Ayacucho.
    Ambos presentaban problemas respiratorios y de asfixia, pero el segundo caso tuvo además agotamiento y dolor.
    Beltrán explicó que estas sanguijuelas son hematófagas, del grupo de hirudiniasis, de la familia Praobdellidae. Viven en zonas tropicales y subtropicales o zonas con vegetación, manantiales de agua o charcos y humedad. El ser humano se infecta accidentalmente.
    Se recomienda limitar el acceso a los manantiales y lugares húmedos; y evitar beber agua no segura; el uso de botas y pantalones con tela tupida, blusas o camisas mangas largas, y el uso de repelentes. A la fecha, esta especie ha sido encontrada en México, África, Medio Oriente, India, y Taiwán.

    Daños a la salud
    Según investigadores del INS, esta sanguijuela afecta la salud produciendo traumatismo en el sitio de la mordedura, a su vez la invasión de la herida por microorganismos patógenos que pueden producir inflamación de la mucosa, así como absceso submucoso. En infestaciones severas puede aparecer anemia y edemas en las áreas afectadas.
    Sin embargo, si se localiza en las fosas nasales, se  puede observar fluido sanguinolento u ocasionar cefalea persistente. Si se localiza en las cuerdas bucales produce expectoración densa y sanguinolenta, dolor en el pecho, disnea con cianosis, ronquera e incluso afonía.
    En caso de localizarse en la laringe, tráquea, puede producir sofocación  hasta ocasionar la muerte. Reportes realizados por otros investigadores han detectado su presencia en el aparato reproductor.
    Su desprendimiento se facilita adicionando a las heridas gotas de salmuera, vinagre, alcohol. Puede ayudase con una pinza, tratando de extraerlo completo y evitar que quede la mandíbula, lo que originaría la formación de úlceras.
    Una vez extraída, la sanguijuela debe ser lavada en una solución salina 0.85 por ciento y luego fijarla en alcohol 70 por ciento para su conservación e identificación en un laboratorio especializado.
    (FIN) NDP/LZD

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