Los animales utilizados no eran portadores de ningún agente conocido que pudiera infectar a los seres humanos, además estaban en un ambiente totalmente cerrado y estéril |
AP EL UNIVERSAL JUEVES 23 DE JULIO DE 2009 WELLINGTON, Nueva Zelanda.- Una compañía de biotecnología de Nueva Zelanda empezó este jueves un tratamiento experimental para la diabetes en el que se implantarán células de cerdos recién nacidos a ocho voluntarios humanos. La empresa Living Cell Technologies espera que las células logren demorar los efectos de la diabetes de tipo 1, incluyendo ceguera, enfermedad coronaria prematura y amputación de miembros derivados de una escasa circulación sanguínea. El profesor Bob Elliott, director médico de la compañía, admitió que, aun en el mejor de los casos, el tratamiento no eliminará todos los síntomas. Algunos científicos advirtieron que la implantación de células porcinas conlleva riesgos. Otros dicen que es demasiado pronto para probar con seres humanos porque no se han conducido pruebas con animales. Uno de los riesgos es que los virus existentes en animales pero no en seres humanos puedan saltar de una especie a otra, causando potencialmente nuevas enfermedades y posibles pandemias. Los científicos dicen que hay más de un centenar de virus porcinos que podrían transferirse a los seres humanos. Elliott dijo este jueves que la posibilidad de que un retrovirus porcino endógeno -el virus que podría ser más contagioso para los seres humanos- afecte a los humanos es mayormente ''teórico''. ''No hay evidencia de riesgos'' de infección por un retrovirus porcino, afirmó. Agregó que los cerdos utilizados, recuperados de 150 años de aislamiento en islas al sur de Nueva Zelanda, no eran portadores de ningún agente conocido que pudiera infectar a los seres humanos y que son mantenidos en un ambiente totalmente cerrado y estéril. El profesor Martin Wilkinson, ex director del Consejo de Bioética de Nueva Zelanda, dijo que las células porcinas representan ''un riesgo muy pequeño'', suficientemente bajo como para ser usadas en receptores humanos. Agregó que el trasplante de células animales a seres humanos no debería prohibirse sólo por la posibilidad de riesgos. Wilkinson no participó en las pruebas. En la diabetes de tipo 1, el organismo ataca equívocamente y destruye células en el páncreas que producen insulina, la hormona crucial para convertir el azúcar en la sangre en energía. |
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