En la Tierra, el polvo que aparece por cualquier rincón, se acumula sobre los muebles o podemos ver iluminado por la luz del Sol, nos parece una molestia y, para algunos, el origen de un problema de salud. En el espacio, el polvo cósmico puede ser un obstáculo para los astrónomos, ya que las cámaras de luz visible no son capaces de ver a través de él. Sin embargo, conocer en detalle su composición puede ayudar a los científicos a precisar las materias primas de la mezcla de la que finalmente nacen las estrellas.
El telescopio Hubble ha conseguido captar de cerca un área en el noroeste de la gran nebulosa de Iris, que parece obstruida con polvo cósmico, un lugar que se revela como una auténtica «fábrica» de estrellas. Bajo la luz brillante de su estrella cercana, la HD 200775, el polvo se asemeja a unos montones ondulantes de algodón. En realidad, está compuesto de finísimas y diminutas partículas de materia sólida, con tamaños desde diez o hasta cien veces más pequeños que los granos de polvo que encontramos en casa.
Para los astronómos, la nebulosa de Iris resulta un laboratorio perfecto colgado del cielo, del que aprender más sobre el origen de las estrellas. Esta nebulosa, también conocida com NGC 7023, se de reflexión, lo que significa que dispersa la luz de una estrella masiva cercana. Aunque este tipo de objetos suelen aparecer en azul, ésta es inusualmente roja.
Los investigadores están analizando la región superior izquierda de la imagen, donde los filamentos de polvo son más rojos de lo esperado. Una sustancia química desconocida, muy probablemente compuesta por hidrocarburos, es responsable de los matices rojizos. La alta resolución y sensibilidad de los instrumentos del Hubble permitirá a los astrónomos estudiar el área en detalle. En Tierra, los científicos han comenzado a realizar pruebas de laboratorio adicionales para evaluar mejor la química exacta de la composición de la nebulosa.
La nebulosa NGC 7023 fue descubierta por el famoso astrónomo sir William Herschel en 1794 en la constelación de Cefeo, aproximadamente a unos 1. 400 años luz de la Tierra.
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