Algunos dicen que el manuscrito es obra del monje franciscano (y alquimista) Roger Bacon, quien lo habría escrito en el siglo XIII. Otros atribuyen su autoría a John Dee, el mago personal de la reina Isabel I. Pero el hecho de no haber sido decodificado cubre la obra de un halo de misterio tal que hay quienes sostienen que el manuscrito Voynich es en realidad el Necronomicon de Lovecraft (aunque el escritor siempre negó su existencia), y finalmente están los escépticos que dicen que es simplemente un fraude de Wilfred M. Voynich.
Fuente: fayerwayer.com
El Manuscrito Voynich, llamado asi por el coleccionista Wilfred M. Voynich que lo mostró en 1912, es una de las reliquias medievales más misteriosas que se conozcan. Para empezar, está escrito en un código que nadie nunca ha podido descifrar, y eso que en tiempos de la Segunda Guerra Mundial pasó por las manos de los más famosos criptógrafos aliados. Hasta el día de hoy ha sido analizado por las más potentes supercomputadoras: todo sin resultado.
Algunos dicen que el manuscrito es obra del monje franciscano (y alquimista) Roger Bacon, quien lo habría escrito en el siglo XIII. Otros atribuyen su autoría a John Dee, el mago personal de la reina Isabel I. Pero el hecho de no haber sido decodificado cubre la obra de un halo de misterio tal que hay quienes sostienen que el manuscrito Voynich es en realidad el Necronomicon de Lovecraft (aunque el escritor siempre negó su existencia), y finalmente están los escépticos que dicen que es simplemente un fraude de Wilfred M. Voynich.
Arrojando nueva luz sobre el asunto, Edith Sherwood Ph.D., académica experta en el trabajo de Leonardo da Vinci, postuló que el fracaso reiterado a la hora de decodificar el manuscrito se debía al asumir, equivocadamente, que era un texto en inglés. Si, por el contrario, se parte de la base que el texto está en italiano (en rigor, el italiano medieval se asimila al toscano) y que las palabras son anagramas, se puede llegar a una interpretación bastante razonable del contenido del manuscrito, el cual sería una suerte de atlas de biología escrito por el célebre artista italiano.
He investigado sobre el manuscrito Voynich desde la primera vez que supe de su existencia hará unos 10 años, y desde entonces he aprendido a mirar con distancia los intentos de descifrarlo, a sabiendas de que algunos métodos empleados anteriormente eran tan antojadizos que permitían descifrar prácticamente lo que uno quisiera: que Bacon dominaba la energía nuclear y otras cosas igual de exóticas. Por lo mismo, sería sano esperar a ver si la comunidad académica mundial valida las conclusiones de Edith Sherwood en los próximos meses.
Hablar sobre criptología medieval en FayerWayer puede parecer poco contingente, pero les recuerdo, queridos lectores, que si hace 500 años querías escribir dosis diarias de tecnología en tu idioma sin ser quemado por hereje, lo más sano era hacerlo en código.
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Link: The Voynich Manuscript Decoded? via Slashdot
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